Ya a la venta CD 50 Año De Flamenco (cantaor flamenco Alfonso Salmerón)
Con el sello para el que Alfonso ha grabado en estos últimos tiempos, presenta este disco con su hijo Oscar en la percusión y su inseparable Rafael Andújar a la guitarra. Este último, hace notar mucho más su presencia en este disco con respecto a otros anteriores. Presencia, que por otro lado, se agradece.
Grabado en directo, no goza de un sonido muy acertado, sobre todo en la voz, que le resta nitidez y fuerza debido a un efecto de cueva que la sitúa en un segundo plano, mientras que la guitarra, dependiendo del corte, bordonea con saturación y falta de brillo.
¡Y es que cualquiera es técnico de sonido a estas alturas…! Tampoco se puede esperar gran cosa de un productor que utiliza textos de otros autores a los que no pide autorización ni tiene la decencia de citarlos a pie de texto. Tal es el caso de este disco, cuyo texto es de mi autoría y no se me nombra ni se me solicitó autorización.
Dejando todas estas cuestiones accesorias al margen, el Maestro Alfonso Salmerón, que debido a sus 50 años de carrera artística da este título a su trabajo, fue homenajeado recientemente en Madrid contando con la participación de algunos de los más importantes artistas del panorama nacional, lo que demuestra el respeto y el cariño que ha sabido ganarse entre sus compañeros de profesión. Y eso, sin duda, se debe a su sentido de la responsabilidad y a su conciencia artística.
Ahora, que está tan fuerte y flamenco como siempre, con este trabajo nos deleita con unas antiquísimas bulerías gaditanas; taranto y minera muy en su línea por esta estética del flamenco; alegría de Córdoba ralentizadas rematada con mirabrás; soleá apolá recreando algunos estilos de Triana; tientos-tangos tradicionales en los que se acuerda de Chacón y de la Niña de los Peines; serrana rematada con la seguiriya de la Borrico algo exenta de tensión pero con un exultante Andújar; un potpurrí de tradicionales coplas en compás de bulerías con un gracioso juego final; fandangos al estilo de Macandé, Cepero y Morente; el villancico de los Campanilleros; y para rematar elige el cante por tonás rematadas con la debla.
Con esta entrega, en la que no identifico innovación, creo que Salmerón ha querido compartir una experiencia cantaora sin artificios, presentando el flamenco sin más justificación que el propio flamenco. Una propuesta que por “extraña” en los tiempos que corren, es muy de agradecer. Interpreto, por tanto, que atendiendo al título del trabajo, se trata de su particular homenaje al flamenco, que le ha servido y al que ha servido durante toda su vida. Por eso, no tiene lugar la innovación ni se permite concesión alguna a lo superficial.